Las emociones, el primer punto para reflexionar
Los valores que están representados en pantalla, equivalen a los valores químicos del ser humano, que van cambiando de acuerdo a los estímulos externos. “La química de las emociones” como suelen llamarlo. Sucede que el ser humano, no tiene un cambio cerebral tan brusco como para pasar de depresión a felicidad en un instante, requiere su tiempo y muchas veces, hasta se necesitan píldoras para regular estas reacciones químicas (es el caso de la depresión). Por lo tanto, si nuestro personaje llega a alguno de estos estados, reuquerirá muchos más estímulos positivos devolverlo a un estado de felicidad.
Básicamente es darle emociones a un ser animado, emulando las reacciones químicas cerebrales humanas.
Los otros eligen los estímulos, el segundo punto para reflexionar
Vivimos rodeados de estímulos visuales: el celular, la computadora, etc. Pero la gran mayoría de las veces los contenidos que llegan a nostros se ven condicionados por lo que “la mayoría elige”, es decir, el caso de Twitter, tiene un top 10 de noticias, por lo tanto, por defecto vamos a ver estos temas querramos o no. Todas las redes sociales actúan de la misma manera. Pero no es sólo el caso de las redes sociales, también están los streaming de videp (los más populares: Netflix y Youtube), que si bien cuentan con sugerencias personalizadas, lo primero que vamos a ver es la serie más popular y el contenido que mejor pagó por publicidad o que más vistas tuvo.
Por lo tanto, elegir qué ver muchas veces es más complejo de lo que parece.
Claro está que podemos cambiar esto con un poco de búsqueda. Pero, los contenidos multimedia hoy en día con su promesa de sugerencias personalizadas, nos hacen o más perezosos y terminamos consumiendo las propuestas populares o nos fuerza a buscar específicamente lo que nuestro humor nos pida.
La elección final es nuestra, pero las sugerencias la mayor parte de las veces son un engaño, porque están condicionadas por terceros.